Generalmente tomamos en cuenta varios aspectos para definir nuestra estrategia, reconociendo cuáles son nuestras fortalezas, pero a veces olvidamos identificar nuestras debilidades y evaluar el ambiente a nuestro alrededor para asegurarnos que la estrategia sea exitosa. En mi caso puntual lo que me faltaba era mejor condición física, pero todo lo demás sí lo tenía muy claro: equipo adecuado, hidratación, energía, snacks y la ambición necesaria para logarlo. Vi personas sumamente gordas, personas lastimadas, personas con zapatos inadecuados, niños pequeños, personas mayores, personas corriendo hacia la cima, personas con mochilas gigantes en su espalda, en fin, gente de todas las edades y nacionalidades. Todos teníamos el mismo objetivo en común: Llegar a la cima. Las razones variaban completamente y las estrategias también, ya que como les mencionaba algunas personas tenía las herramientas, condición y equipo adecuado y otras no. Muchas veces el objetivo nos mueve tanto que nos ayuda a lograrlo. A algunos les tomará más tiempo y/o esfuerzo que a otros, pero si el objetivo está claro, poco a poco la estrategia se va armando. En otros casos si la estrategia no está bien definida, es muy difícil llegar al objetivo y se debe revisar qué es lo que se debe hacer diferente para lograrlo.
EL MAPA O CAMINO – Dónde Hace unos años vinieron los Sherpas de los Himalayas y mejoraron el camino para subir. Hay personas que les gusta hacer el recorrido de forma diferente, muchos acampan, corren y hacen picnics. Cada uno de los visitantes recorre y disfruta el camino de forma distinta. En mi caso puntual les comparto lo que identifiqué y cómo lo comparé con mis sueños:
- Hay personas que van más rápido que yo, otras más lento
- Hay personas que disfrutan el camino y otras que no
- Hay personas que han recorrido el mismo camino varias veces y otras que es su primera vez
- Hay personas que van solas, otras acompañadas por una o varias personas o incluso por sus mascotas
- Cada persona nota y vive la experiencia de forma distinta
También mientras iba caminando, hubo veces que estuve más cansada y dos cosas me motivaron:
- Lograr mi objetivo
- Orgullo: ver niños de 6 años o personas mayores con bastón bajando (ya de regreso) me motivaba a terminar. Pensaba: “Si ellos lo lograron, yo también puedo”
Cuando vienen las dificultades es cuando estamos tentados a dejar todo allí y darnos la vuelta y no avanzar dejando a un lado nuestros sueños. Creo que siempre hay personas que lo ayudan a uno a recordar la razón por la cuál comenzó el sueño y que, si bien siempre encontraremos retos, es importante verlo como oportunidad y no como obstáculo. El aprendizaje en estos momentos es invaluable. También me di cuenta de que parar y voltear a ver hacia atrás para notar todo el camino recorrido es necesario para tomar perspectiva nuevamente. Muchas veces olvidamos que, si bien no hemos llegado a la meta, ya llevamos un buen trecho realizado y estamos cada vez más cerca de lograrlo y quizá más avanzados de lo que creemos. Pero si no vemos hacia atrás no nos damos cuenta de eso. Espera la tercera parte en donde conocerás si llegué o no a la meta. ¿Quieres saberlo? Suscríbete al enlace para conocer el desenlace de la historia: SUSCRIPCIÓN
2 comentarios en «Alcanzando la cima parte II:»
Muy bonito relato, la comparación es excelente. Para mí gusto personal sí me hubiera gustado que describieras más el paraje, árboles, piedras, puntos de parada para descansar, tus compañeros de subida, qué equipo llevabas y cómo te sentías con cada paso. Entiendo que la altura a subir es de 3,800 metros, si es desde el nivel del mar, cómo afecta a la respiración. Muchas personas me dicen que me preocupo por nimiedades, cosas poco importantes pero así he sido yo. Esas cosas o situaciones sin importancia, cobran importancia más adelante. Gracias, estaré atento a tu nueva publicación.
Muchas gracias José Guillermo por tu comentario. Gracias por las recomendaciones, me parecen excelentes! Buscaré detallar más en mis próximas historias!