- Deterioro de memoria
El cerebro es un órgano increíblemente flexible y versátil, capaz de responder al estímulo para cambiar y crecer como consecuencia de esa plasticidad que posee. En este caso, la acción del cortisol (hormona del estrés) encoge un área del cerebro conocida como el hipocampo, que es muy importante para la memoria y la retención. Además, provoca un aumento en el tamaño de la amígdala, otra región cerebral que está profundamente entrelazada con nuestras reacciones emocionales. Entonces, el cerebro se prepara para responder al estímulo de “luchar o huir”, y tomar decisiones basadas en las emociones, en vez de utilizar la memoria y la lógica.
- Aumento del daño oxidativo en el cerebro
El glutamato es un neurotransmisor implicado en la plasticidad neuronal, en la memoria y el aprendizaje, así como otras complejas funciones cerebrales. Su producción se amplifica bajo la influencia del cortisol. Sin embargo, a medida que aumenta el glutamato, también lo hace la generación de especies reactivas de oxígeno, una molécula peligrosa que daña activamente las células. Estas especies de oxígeno atacan y causan que las células cerebrales mueran. Está relacionado al desarrollo de enfermedades como Alzheimer y el Parkinson.
- Inhibe el crecimiento de nuevas células cerebrales
El estrés causa que se apague el mecanismo de recuperación del cerebro. Particularmente la proteína llamada FNDC (factor neurotrófico derivado del cerebro) que estimula la formación de nuevas células cerebrales, y que es suprimida por el cortisol. Esto acelera el envejecimiento y deterioro cerebral, explicando por qué algunas personas experimentan problemas cognitivos significativos con altos niveles de estrés.
- Afecta negativamente los niveles de neurotransmisores
Los neurotransmisores tienen funciones muy importantes en el cerebro, principalmente la regulación del estado de ánimo, motivación y concentración, así como patrones de sueño. El cortisol provoca el agotamiento de dos de ellos, serotonina y dopamina, lo cual deja a la persona letárgica e incapaz de experimentar el placer de la vida cotidiana. El resultado es a menudo depresión y pensamientos suicidas, junto con ataques de pánico y comer descontroladamente.
- Afecta la defensa del cerebro
El cerebro posee una «barrera” natural, llamada la barrera hematoencefálica (BHE), que sirve para controlar y restringir el paso de sustancias tóxicas entre la circulación sanguínea y el fluido cerebral. Estos incluyen las toxinas y la mayoría de los patógenos que causan enfermedades. Sin embargo, bajo la influencia del cortisol, esta barrera se vuelve mucho más permisiva, dejando que elementos desfavorables entren al cerebro. Al comprometerse la BHE pueden ocurrir enfermedades tales como esclerosis, derrame, tumores cerebrales, infecciones y desórdenes neurodegenerativos
- Reduce la Plasticidad del Cerebro
Según indiqué anteriormente, el cerebro es capaz de crecer y cambiar constantemente. La plasticidad también se refiere a la capacidad del cerebro para reconectarse consigo mismo. Por ejemplo, alguien que aprende una nueva habilidad altamente técnica tiene neuronas que están más estrechamente interconectadas para esas tareas específicas, y con la práctica esta red crece aún más fuerte. Esto explica cómo la práctica hace al maestro, y por qué cuando se está bajo estrés se vuelve cada vez más difícil realizar, retener o aprender. Si estás padeciendo altos niveles de estrés te recomiendo suscribirte a mi comunidad haciendo clic en este enlace: SUSCRIPCIÓN y obtendrás herramientas que te ayudarán a que el estrés trabaje a tu favor.